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¿Cómo cayó y qué implica el bajo monto de las reservas en el Banco Central?

Actualizado: 11 may

La poca disponibilidad de divisas limita las posibilidades de recuperación de la economía y crea una gran fragilidad. El Banco Central solo puede utilizar 29% de los recursos contabilizados como reservas.


Víctor Salmerón


Gerentesis Venezuela reservas internacionales

Pixabay


Las reservas internacionales, el tanque de divisas que el Banco Central administra y permite sostener la oferta de dólares y cancelar deuda de la nación, se ubica en un nivel ínfimo, algo que aleja la posibilidad de una recuperación robusta de la economía y crea una gran vulnerabilidad.


El balance del Banco Central al cierre de marzo indica que las reservas suman 9 mil 798 millones de dólares, pero solo puede utilizar el 29% de esta cantidad.


El monto de las reservas incluye Derechos Especiales de Giro, un instrumento que tiene el Fondo Monetario Internacional (FMI) y que puede ser cambiado por divisas y 31 toneladas de oro depositadas en el Banco de Inglaterra.


Pero estos recursos no están disponibles. En 2018 Nicolás Maduro se reeligió mediante unas elecciones cuestionadas por la Unión Europea, gobiernos de América Latina y Estados Unidos, que aplicó sanciones.


En este contexto el FMI y el Banco de Inglaterra no reconocen al gobierno y mantienen inmovilizados los derechos especiales de giro y el oro.


La consecuencia es que las reservas disponibles al cierre del primer trimestre, de acuerdo con el análisis de la consultora Síntesis Financiera, solo representan 2 mil 863 millones de dólares, un monto enano que equivale a la mitad de las reservas de Nicaragua.


La gran mayoría de estas reservas disponibles provienen del valor en divisas de 30 toneladas de oro que están bajo la custodia del Banco Central y 880 millones de dólares en divisas líquidas.


Tamara Herrera, directora de Síntesis Financiera, destaca que la mayor parte de las reservas disponibles son barras de oro “cuya eventual comercialización convive con un régimen de sanciones”.


Explica que los Derechos Especiales de Giro no serán de libre acceso hasta que las “negociaciones no logren el reconocimiento de todos los países miembros del FMI, comenzado por el más relevante: Estados Unidos”.


Síntesis Financiera


El tapón

Gustavo García, quien se desempeñó como economista en el Banco Interamericano de Desarrollo y ha sido profesor del Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA), explica que “esa falta de liquidez internacional, que no es más que las reservas internacionales líquidas, funciona como un tapón del crecimiento de la economía”.


Tras una larga recesión y una severa hiperinflación, la economía venezolana se redujo a la cuarta parte y si este año crece 5% solo alcanzará el tamaño que tuvo en 1969. Un crecimiento a tasas más elevadas y por largo tiempo requeriría más dólares para darle piso a la expansión.


“Dada la interrupción de cadenas productivas y de suministro que ya no existen o se han interrumpido, porque algunas empresas quebraron u operan a capacidad mínima, si la economía comienza a recuperarse habrá una presión de aumento de reservas, de mayor liquidez internacional y el gobierno no va a poder responder”, dice Gustavo García.


“Si se genera algo más de crecimiento vamos a ver una presión de aumento de importaciones”, señala.


Desde 2017 el país no paga la enorme deuda externa que principalmente acumuló durante la gestión de Hugo Chávez, por lo tanto “es muy difícil que Venezuela consiga crédito bancario, inclusive para comercio internacional”, advierte Gustavo García.


Al mismo tiempo solo unas pocas empresas y las multinacionales que aun operan en el país tienen acceso al crédito en el mercado internacional, la gran mayoría de las empresas tiene cerrada esta ventana.


“Las empresas pequeñas y medianas no tienen acceso a créditos en dólares o en euros. Por esa razón ese nivel crítico de reservas internacionales líquidas tiene como consecuencia que el gobierno no puede permitirse que la economía realmente crezca”, dice Gustavo García.


El ajuste

En medio de la limitada disponibilidad de dólares, la administración de Nicolás Maduro ha logrado anclar la cotización del dólar y desacelerar la inflación, pero a costa de limitar el crecimiento.


Gracias a un recorte inédito del gasto público y a la asfixia del crédito, obligando a la banca a engavetar más de dos tercios de los depósitos, el gobierno contiene la cantidad de bolívares que puede dirigirse a la compra de dólares.


Esta contención de la demanda de divisas se ha acompañado con oferta de dólares del Banco Central y Chevron, que necesita cambiar divisas a bolívares para cubrir gastos en el país, logrando estabilizar al dólar y enviando una señal que aplaca las expectativas.


En los primeros cuatro meses de este año la inflación acumula un salto de 6,3% “la más baja en los últimos doce años para un período similar”, destaca el Banco Central.


BCV


Pero el recorte del gasto público se traduce en salarios y pensiones ínfimas, así como en ausencia de inversiones, mientras que el poco acceso al financiamiento frena la producción de las empresas.


El resultado es que la estabilidad en la cotización del dólar, si bien ha sido la pieza fundamental para desacelerar la inflación, se ha logrado con un fuerte impacto en el crecimiento y el consumo.


Gustavo García resume que “es un ajuste brutal que hace que la economía no pueda crecer más allá de cierto nivel, básicamente el nivel donde está, porque de hacerlo generaría presiones de balanza de pagos sobre esas reservas internacionales líquidas”.


La vulnerabilidad

En cierto modo las reservas líquidas pueden funcionar como una póliza de seguros en caso de incendios. Gustavo García indica que el país es muy vulnerable al impacto que podría generar un desastre natural, sequías que mermen la producción agrícola o una caída de los precios del petróleo.


“Cuando un banco central tiene suficientes reservas líquidas puede aumentar la venta de dólares cuando suceden esos shocks externos, cosa que no tenemos en Venezuela. El país está ante una vulnerabilidad muy seria”, dice Gustavo García.


Otros bolsillos

Un factor a tomar en cuenta es que además de las reservas internacionales, la administración de Nicolás Maduro cuenta con divisas provenientes del oro del arco minero o ventas de petróleo cuyos dólares no ingresan al Banco Central.


Tamara Herrera, directora de Síntesis Financiera, explica que “las reservas Internacionales son los activos de reserva del Banco Central, no del gobierno. Es una muestra parcial de los activos externos del país”.


Desde su punto de vista “las reservas internacionales de un banco central deben ser para atender política monetaria o contingencias financieras, no para financiar importaciones”.


El problema es que no hay rendición de cuenta y no existe certeza de a cuánto asciende esta cantidad de dólares que el gobierno maneja por fuera de las reservas internacionales.


De forma extraoficial en el sector financiero se habla de un monto que estaría entre tres y cinco mil millones de dólares.


Si bien estos recursos otorgarían algo más de margen de maniobra están muy lejos de constituir una base sólida para el relanzamiento de la economía. La producción de petróleo, la principal fuente de divisas, es de 800 mil barriles diarios, la cuarta parte de cuando el chavismo llegó al poder y una cantidad similar a la de 1945.


Se evaporó

En 2005 Hugo Chávez modificó la arquitectura financiera del país. Hasta entonces todos los dólares provenientes del petróleo ingresaban como reservas al Banco Central, pero con la creación del Fondo de Desarrollo Nacional (Fonden) murió este modelo.


Pdvsa comenzó a transferir solo una parte de los dólares al Banco Central y el resto al Fonden. Además, el Banco Central quedó obligado a entregarle al Fonden todos los dólares que superaran lo que se llamó “el nivel adecuado de reservas”.


“A las reservas internacionales les pusimos un techo y todo lo que está por encima le decimos venga para acá compadre”, decía Chávez al exigir el dinero.


De acuerdo con la Memoria del Ministerio de Finanzas en diez años el Banco Central le entregó al Fonden 48 mil 924 millones de dólares, lo que se tradujo en una merma de las reservas líquidas. En total, al añadir lo transferido por Pdvsa, el Fonden recibió 135 mil millones de dólares.


En teoría este dinero serviría para “la transformación del sistema económico, en función de la transición al socialismo”, pero la economía no se diversificó, tampoco mejoró la infraestructura y al mismo tiempo se cuadruplicó la deuda externa.


El oro de las reservas se desplomó


El colapso de la producción petrolera, el cierre del crédito internacional y el impacto de las sanciones ha ocurrido durante el mandato de Nicolás Maduro y ha habido una venta relevante del oro de las reservas internacionales.


En 2013, cuando Nicolás Maduro llegó a la presidencia, la nación tenía como parte de sus reservas 365 toneladas de oro. Actualmente solo quedan 61 toneladas incluyendo las que están bloqueadas en el Banco de Inglaterra, un desplome de 83%.


Acudir al FMI

Si de las elecciones presidenciales del próximo 28 de julio surge un gobierno reconocido, Venezuela podría disponer de los derechos Especiales de Giro y recuperar el control del oro depositado en el Banco de Inglaterra; pero lo más importante es que podría negociar un programa de apoyo con el FMI.


Mediante la modalidad de Servicio Ampliado el Fondo proporciona asistencia financiera a países hundidos en problemas de balanza de pagos y que necesitan reformas estructurales para superar la crisis.


Un programa de este tipo, consideran analistas, abriría las puertas para la reestructuración de la deuda externa y sería el primer paso para recuperar el acceso al financiamiento internacional.


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