A pesar de la tensión geopolítica el precio del barril retrocede y no luce probable un repunte importante en el corto plazo.
Víctor Salmerón
Imagen de Laura Upshaw en Pixabay
Todo parecía dispuesto para una escalada de los precios del petróleo: guerra en el Medio Oriente con ataques a buques en el Mar Rojo y recortes de producción por parte de la OPEP, pero el barril ha ido en dirección contraria.
El petróleo Brent, el principal marcador en Europa, acumula una caída de 18% desde finales de septiembre del año pasado, actualmente se cotiza en 77 dólares el barril y no luce inminente un repunte importante.
Goldman Sachs había previsto un precio promedio para el Brent de 91 dólares este año pero lo redujo a 81 dólares. Morgan Stanley también bajó las expectativas y recortó su proyección 9% para ubicarla en 77 dólares el barril.
El petróleo es clave para Venezuela: a pesar de la poca producción el barril aporta nueve de cada diez dólares que ingresan al país por exportaciones y es fundamental para la debilitada caja del gobierno.
Mucho petróleo
En un intento por presionar a Israel para paralizar los bombardeos a la franja de Gaza los rebeldes hutíes, muy cercanos a Irán, comenzaron a atacar buques en el Mar Rojo, una ruta fundamental para el transporte de petróleo desde los países árabes a Occidente.
Entre las causas que explican el debilitamiento del barril, a pesar de la tensión geopolítica y los recortes de la OPEP, destaca el aumento de la oferta por parte de países que están fuera de la OPEP, principalmente Estados Unidos.
Los productores de esquisto elevaron notablemente la producción y la exportación de Estados Unidos alcanzó el récord de 4,2 millones de barriles diarios. Al mismo tiempo, países como Brasil y Guyana han aumentado el bombeo.
Un factor relevante para el futuro de los precios es que no está del todo claro si los productores de petróleo de esquisto en Estados Unidos mantendrán el ritmo durante lo que resta de este año.
Tras la invasión de Rusia a Ucrania el precio del petróleo se disparó y los productores de esquisto invirtieron para aumentar la extracción. Buena parte de la producción actual obedece a los pozos perforados en 2022, pero la perforación disminuyó el año pasado y los presupuestos para este año son discretos.
No obstante la Administración de Información de Energía de Estados Unidos afirmó en un informe del 9 de enero que la producción de petróleo seguirá aumentando y alcanzará el récord de 13,2 millones de barriles diarios este año.
Bjarne Schieldrop, analista jefe de materias primas de SEB, advirtió que si las predicciones de disminución en la producción de esquisto no son del todo ciertas a la OPEP y sus países aliados se les hará más difícil sostener los precios.
Enfriamiento en China
Las empresas venezolanas deben añadir a su lista de riesgos la posibilidad de un mayor impacto del enfriamiento de China, uno de los grandes consumidores de petróleo, en la cotización del barril.
El Fondo Monetario Internacional espera que China mantenga un crecimiento en torno a 4,6%, una tasa que la aleja de estancamientos severos como el que sufrió Japón en los años noventa, pero todo apunta al agotamiento del modelo que transformó al país y lo convirtió en el principal motor de la economía global en la última década.
El sector inmobiliario, clave en el modelo de creación de riqueza se desinfló, el peso de la deuda aumentó y es mayor la dependencia del crecimiento en la inversión estatal. Economistas advierten que no está claro si el gobierno chino podrá estimular la economía y evitar una mayor desaceleración.
Kenneth Rogoff, professor de economía en la Universidad de Harvard, escribe en un análisis que “parece difícil que las empresas tecnológicas chinas puedan mantener la competitividad cuando el gobierno sigue asfixiando la iniciativa privada”.
Agrega que el aumento de la deuda respecto al PIB, que aumentó desde 40% en 2014 hasta 83%, “limita la capacidad del gobierno chino para salir al rescate”.
La señal saudita
La decisión de Arabia Saudita de recortar el precio del petróleo que exporta entre 1,50 y 2 dólares, fue interpretada como una señal de que el líder de la OPEP no está dispuesto a sacrificar cuota de mercado y apuntalar los precios con nuevos recortes de producción.
El recorte en el precio de las exportaciones de Arabia Saudita a Norteamérica, el noroeste de Europa, Asia y el Mediterráneo es visto por los analistas como una muestra de que Riad anticipa un debilitamiento de la demanda y que continuará el impacto de la producción en Estados Unidos.
Según un sondeo realizado por Reuters la producción de petróleo de la OPEP aumentó en diciembre, ya que los incrementos de Angola, Irak y Nigeria compensaron los recortes de Arabia Saudita y otros miembros de la alianza OPEP+.
Tony Sycamore, analista de IG, explicó a Invertia que “si nos centráramos únicamente en los fundamentos, como el aumento de los inventarios, el incremento de la producción (de los países de la OPEP y los que no forman parte de la Organización) y un precio oficial de venta saudí por debajo de lo esperado, sería imposible no ser pesimista con el crudo”.
Venezuela limitada
Para la administración de Nicolás Maduro es crucial que el precio del petróleo se sostenga, un barril más débil se traduciría en menos recursos para soportar una economía frágil que en 2023 sufrió una fuerte desaceleración, después de un incipiente crecimiento en 2022.
Tras la flexibilización de las sanciones de Estados Unidos, se espera que la economía venezolana reciba un impulso extra este año que la saque del estancamiento, principalmente por un aumento del gasto público.
Información suministrada por el gobierno a la OPEP
El principal impacto de la flexibilización de las sanciones es que la administración de Nicolás Maduro podrá vender petróleo a precios de mercado y no a través de intermediarios que aplican un severo descuento para colocarlo en Asia.
Estados Unidos junto a una larga lista de países consideró fraudulentas las elecciones con las que Nicolás Maduro se reeligió en 2018 y aplicó sanciones, pero Washington dio un giro emitiendo licencias temporales.
Las licencias vencen el 18 de abril de 2024 y en teoría serán renovadas si Maduro da pasos concretos para permitir unas elecciones presidenciales competitivas.
La consultora Síntesis Financiera contempla que los barriles vendidos sin descuento aumentarán gradualmente y “esto implica ingresos adicionales por 1.400 millones de dólares en los primeros seis meses” y otros 1.900 millones si se renueva la licencia.
Otro factor a tomar en cuenta es que la flexibilización de las sanciones permitirá que empresas como Chevron, Maurel & Prom, Repsol y ENI incrementen su actividad e impulsen una lenta recuperación de la producción petrolera que aumentaría desde 800 mil barriles diarios hasta 900 mil a finales de año.
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