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La brecha cambiaria aumenta la presión en las empresas

El desequilibrio impacta el flujo de caja y reduce el margen de ganancia. La devaluación luce inevitable. Si el gobierno no hace un ajuste gradual, aumentará el riesgo de un colapso del anclaje.


Víctor Salmerón


Gerentesis dólar Venezuela tipo de cambio

Pixabay


La economía transita por un desequilibrio en el mercado cambiario que impacta el flujo de caja de las empresas y eleva el riesgo de que una devaluación caótica del bolívar potencie la inflación e incremente los créditos con problemas de pago en la banca.


Para restarle velocidad al aumento de los precios, durante diez meses el Banco Central ha mantenido fijo el tipo de cambio oficial, solo permitiendo mínimas variaciones; pero el aumento de la demanda de divisas en un entorno de inestabilidad política y mayores distorsiones está socavando la estrategia.


La demanda de dólares supera a la oferta en el mercado oficial, donde el Banco Central mantiene la cotización del dólar en 36,8 bolívares. La consecuencia es que la demanda insatisfecha se traslada al mercado paralelo que funciona a través de mesas de cambio privadas y allí la tasa ha aumentado hasta 44 bolívares por dólar.


Esta brecha de 20% activa una cadena de efectos. Las empresas venden a la tasa oficial como obliga el gobierno, pero la mayoría de sus proveedores les están facturando a la tasa paralela, lo que se traduce en un aumento de costos.


Asdrúbal Oliveros, director de Ecoanalítica, explica que “un número creciente de empresas tiene ingresos indexados a la tasa oficial, pero sus costos se están moviendo hacia la tasa paralela porque sus proveedores les exigen esa tasa o porque compran dólares en el mercado paralelo para pagarles a proveedores en el exterior”.


Las empresas comienzan a trasladar parte del alza en los costos al consumidor. “Por eso ves una presión importante en precios en estas últimas semanas, sobre todo en dólares”, dice Asdrúbal Oliveros, pero señala que no todo el incremento en los costos puede ir a los precios.


“Hay una competencia muy fuerte y no puedes trasladar todo el diferencial cambiario al precio porque dejas de competir, entonces no hay más opción que reducir el margen de ganancia. Esto afecta el flujo de caja, la capacidad de reinvertir y de crecer”, añade.


Gerentes de empresas en el sector de alimentos básicos explican que los costos les están aumentando por la brecha cambiaria, pero no han trasladado el impacto al consumidor porque “una diferencia de centavos en el precio de tu producto respecto al de la competencia puede derrumbar las ventas y generar pérdidas”.


La compensación también se ve afectada. Un número importante de empresas pagan bonos a sus trabajadores con dólares en efectivo que compran en el mercado paralelo, lo que se traduce en un incremento de los costos laborales.


La otra pieza en la cadena es la aparición de distorsiones en los pagos.


“Comienzan a aparecer fricciones transaccionales: si me pagas en bolívares es un precio pero si me pagas en dólares hay un descuento, mis precios ya no están en dólares sino en euros para tener una tasa más alta, no tengo punto solo acepto efectivo”, dice Oliveros.


Asumir el costo

El desajuste comienza a tomar un movimiento circular: a medida que aumenta el precio del dólar en el mercado paralelo se hacen más apetecibles los dólares a la tasa oficial, pero como la oferta no es suficiente sigue aumentando la demanda en el paralelo y el peligro de que la brecha se siga ampliando.


La estrategia del gobierno para anclar el tipo de cambio oficial se basa en restringir la cantidad de bolívares: sin bolívares no es posible comprar dólares. Para ello limita el gasto público, sobre todo en salarios y pensiones, y restringe el crédito obligando a los bancos a engavetar más de dos tercios de los fondos que gestionan.


Pero el anclaje se debilitó por el aumento de la demanda de divisas en medio de una mayor inestabilidad política tras las elecciones del 28 de julio, un dólar oficial muy barato cuyo precio no ha variado en diez meses, el alza, aunque comedida, del gasto público durante la campaña electoral y el poco espacio para aumentar la oferta de dólares.


En este entorno es inevitable devaluar y permitir que aumente el tipo de cambio oficial para reducir la brecha con el tipo de cambio paralelo; la pregunta es si el gobierno va a hacerlo de manera gradual, controlada o en medio de un colapso.


Asdrúbal Oliveros considera que “tienes que actuar en dos direcciones, deslizar el tipo de cambio oficial y vender dólares en el mercado paralelo, que funciona mediante mesas de cambio privadas y es pequeño por lo que con algo de oferta puedes estabilizarlo. De esta manera dosificas la devaluación en la tasa oficial y cierras la brecha”.


La devaluación del tipo de cambio oficial se trasladaría rápidamente a los precios e impactaría al consumo.


“Vas a tener una aceleración de la inflación y se va a afectar el consumo, no creo que en grandes proporciones porque el grado de devaluación no es tan grande, pero eso es mejor a que el esquema se rompa porque la demanda se exacerbe, el tipo de cambio paralelo se vaya a los cielos y el gobierno tenga que devaluar agresivamente”, advierte Asdrúbal Oliveros.

 

Un elemento a evaluar es que una parte de los bonos que el gobierno paga a los trabajadores públicos están indexados al tipo de cambio oficial, por lo tanto, un ajuste en la tasa obligaría a desembolsar más bolívares.


Un reporte de la consultora Síntesis Financiera indica que cuando el gobierno ajuste el tipo de cambio oficial “verá aumentar automáticamente el gasto público indexado (alrededor del 40% del gasto total) y enfrentará un problema fiscal”.


La meta

En una economía con poca demanda y donde el anclaje del dólar logró transmitir una señal de estabilidad en el primer semestre del año, la inflación se ha desacelerado y todo apunta a que este año, por primera vez desde 2014, cerrará en dos dígitos.


Banco Central


La vicepresidenta Delcy Rodríguez ha explicado en reuniones con el sector privado que la meta del gobierno es que este año la inflación cierre por debajo de 30% y que el tipo de cambio oficial no supere los 40 bolívares por dólar.


“Creo que es preferible una tasa de cambio cerca de 50 bolívares por dólar y una inflación cerca de 50%, pero que moderes las expectativas de devaluación hacia adelante. Podrías lograr la meta oficial pero enviando la señal de que el año que viene la bomba de tiempo seguirá presente”, dice Asdrúbal Oliveros.


Impacto en la banca

La mayoría de los créditos en la banca están vinculados al dólar y lo que cobran los bancos por capital e intereses aumenta en la medida en que la cotización del dólar sube en el mercado oficial; por lo tanto, un dólar estático implica menos ingresos.


La firma Global Scope precisa que en el primer semestre de este año el ROE (return on equity por sus siglas en inglés), un indicador clave para medir la rentabilidad, se redujo 14,8 puntos porcentuales desde 37,8% hasta 22,9%.


El anclaje del tipo de cambio oficial reduce los ingresos que reporta un portafolio de créditos que se ha vuelto enano respecto al tamaño de la economía y el resto de los países de la región.


Global Scope


El aumento de la cotización del dólar en el mercado oficial elevaría los ingresos de los bancos, pero si se produce una devaluación de proporciones importantes las empresas podrían tener problemas para cancelar los créditos.


Síntesis Financiera indica que el eventual ajuste cambiario “aumentaría el costo del crédito para los deudores y eleva el riesgo de cubrir el servicio de la deuda”.


Los ingresos

El tanque de dólares del gobierno tiene poco volumen y crecen las dudas sobre si sufrirá una reducción en el corto y mediano plazo.


En Venezuela nueve de cada diez dólares que ingresan provienen del petróleo y el debilitamiento de la economía de China y las señales de que la OPEP se dispone a aumentar la oferta ha provocado un declive del precio del barril en el orden de 25% en los últimos doce meses.


Además puede verse afectada la producción. Estados Unidos, al igual que una larga lista de países, no reconoce como legítima la relección de Nicolás Maduro y está latente la posibilidad de que elimine la licencia que le permite a Chevron producir y exportar petróleo desde Venezuela.


Gracias a Chevron, principalmente, la producción creció desde un promedio de 684 mil barriles diarios en 2022 a 874 mil barriles diarios en agosto de este año. Si Washington elimina la licencia la producción descendería y disminuirían los dólares que ingresan a la caja del gobierno.


OPEP

Otro factor a tomar en cuenta es que el no reconocimiento de Maduro implica que el país no tiene acceso a los Derechos Especiales de Giro en el Fondo Monetario Internacional y al oro depositado en el Banco de Inglaterra.


La consecuencia es que el Banco Central solo dispone de reservas líquidas por el orden de 1.200 millones de dólares y 2.100 millones por el oro que tiene en sus bóvedas, una magnitud históricamente baja que no permite mayor margen de maniobra.


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