La vicepresidenta Delcy Rodríguez admitió en la Asamblea de Fedecámaras que hay una fuerte presión por la demanda de dólares, electricidad y combustibles. Afirmó que la compra de divisas para importaciones suntuarias está creciendo aceleradamente.
Víctor Salmerón
Delcy Rodríguez en Fedecámaras
La vicepresidenta y ministra de Petróleo, Delcy Rodríguez, lo describió como “un problema bueno derivado del crecimiento” pero dejó ver que los cuellos de botella en los servicios públicos y la debilidad de la oferta de dólares amenazan con limitar la recuperación de la endeble economía venezolana.
En la Asamblea de Fedecámaras, el gremio que agrupa a la empresa privada, Delcy Rodríguez admitió que “estamos en esta coyuntura de crecimiento económico muy demandante de divisas, de combustible, de gas, de agua, de electricidad, de servicios públicos” y añadió que “el crecimiento también trae importantes desafíos”.
Tras reducirse a la cuarta parte durante la larga recesión de 2014-2020, la economía tocó fondo y comenzó una recuperación que no ha logrado rescatar en mayor medida el ingreso de los trabajadores que en la industria privada, en promedio, es de 211 dólares al mes, uno de los más bajos de la región.
La vicepresidenta explicó que en el primer semestre de este año la economía creció 8,5% y afirmó que “esperamos que el segundo semestre sea mejor”.
Estimaciones como la elaborada por el economista Gustavo García contemplan que el país necesita crecer a un promedio anual de 10% durante quince años para retornar al PIB que tenía en 2013.
Delcy Rodríguez sostuvo que los servicios públicos han sido afectados “por el bloqueo” y explicó que “todo nuestro sistema eléctrico y de distribución de agua está vinculado a tecnología occidental, que son los países que decidieron agredir a Venezuela”.
“Uno no puede comprar un transformador cuando las piezas son alemanas, japonesas, francesas o estadounidenses si es General Electric porque está el bloqueo”, dijo la vicepresidenta y agregó a la lista de causas el impacto del “sabotaje” a manos de lo que denominó “el extremismo político”.
En 2018 Nicolás Maduro se reeligió a través de unas elecciones cuestionadas por una larga lista de países, entre ellos Estados Unidos que aplicó sanciones. El pasado 28 de julio Maduro se reeligió nuevamente en unos comicios no reconocidos como legítimos por la Unión Europea, la mayoría de los países de América Latina y Washington.
Volver al pasado
Cuando el chavismo llegó al poder en 1999 el sistema eléctrico venezolano combinaba empresas públicas y privadas y era considerado el mejor de América Latina, pero tras años de poca inversión, mala administración, falta de mantenimiento y la estatización total, emergió la crisis.
En 2008 hubo cuatro apagones nacionales. En 2009 el gobierno restringió el consumo de electricidad, por la fuerte sequía y la indisponibilidad del parque térmico. En 2010 se decretó la emergencia eléctrica. A partir de 2013 la inversión siguió cayendo y los cortes continuaron de manera constante. En 2019 hubo otro apagón nacional.
Actualmente el déficit de electricidad ocurre a pesar de que la industria privada, en promedio, trabaja a 39% de su capacidad instalada mientras que en Brasil, por ejemplo, lo hace a 79% y en Colombia a 73%.
Conindustria
Adán Celis, presidente de Fedecámaras, explicó que los empresarios quieren avanzar en esquemas que abran la puerta a la participación del sector privado en la gestión de los servicios públicos.
“Entregamos a la vicepresidenta la propuesta elaborada por la Cámara Venezolana de la Construcción para fortalecer el sistema eléctrico nacional, en una alianza público-privada”, dijo Celis.
Se desconoce cuánto están dispuestos a invertir los empresarios venezolanos o si servirán de puente para atraer inversión extranjera para el sector eléctrico.
La propuesta elaborada por el equipo de María Corina Machado, la principal líder de la oposición, consiste en un plan para recuperar los servicios públicos financiado en parte con préstamos de organismos multilaterales. En el caso del sector eléctrico se estimó, en diciembre de 2022, que necesitaba una inyección de 16 mil millones de dólares.
Inestabilidad cambiaria
Delcy Rodríguez reconoció la presión en el mercado cambiario: “Hay una gran demanda porque el crecimiento requiere más divisas y lo vemos comparando importaciones 2023-2024 y el bloqueo sigue restringiendo el acceso de Venezuela a las divisas, incluso los canales que existen en la banca privada ya se hacen insuficientes”.
Afirmó que la demanda de dólares para importaciones suntuarias es tal que “lo que falta es que cuando vayamos al partido de beisbol haya pinchos de carne wagyu, porque el empleo de divisas baratas para este tipo de importaciones se está dando de una manera agigantada, a un paso muy acelerado”.
Durante doce meses el Banco Central ancló el tipo de cambio oficial y la inflación se desaceleró notablemente, pero continuó siendo elevada y si todo aumenta, menos el tipo de cambio, el dólar se convierte en un artículo barato y se incrementan las importaciones y la salida de capitales.
BCV
“Todos deberíamos estar preocupados en cómo se usan esas divisas en las importaciones, es un esquema que está revisando el Ministerio de Economía, Finanzas y Comercio Exterior. Tenemos que cuidar las divisas porque este es un país bloqueado y no puede haber divisas baratas para el champú, para que las canas no se vean doradas sino rosadas”, dijo Delcy Rodríguez.
Las reservas internacionales, el tanque de divisas que administra el Banco Central se ubica en montos ínfimos. Las importaciones y la oferta de dólares prácticamente depende del ingreso proveniente de las mermadas exportaciones petroleras.
El Fondo Monetario Internacional y el Banco de Inglaterra no han reconocido como legítimo al gobierno de Nicolás Maduro y por tanto el Banco Central no tiene acceso a Derechos Especiales de Giro y a barras de oro depositadas en Londres. Las reservas líquidas están en torno a mil millones de dólares, una cantidad enana.
La demanda de dólares supera a la oferta en el mercado oficial. La consecuencia es que la demanda insatisfecha se traslada al mercado paralelo que funciona a través de mesas de cambio privadas y la brecha entre los dos tipos de cambios es de 20%.
“Hay un tema coyuntural que es la brecha sobre el cual ya se está trabajando con medidas coyunturales, son acciones muy concretas; toca hacer una operación quirúrgica porque esa brecha como está genera todo tipo de distorsiones”, admitió Delcy Rodríguez.
“Vienen los aprovechadores que quieren hacer guerra económica al gobierno y marcan cualquier precio de la divisa, ese precio no oficial que se ve en las páginas no es”, añadió.
El comercio formal vende sus productos al tipo de cambio oficial, pero cuando repone la mercancía sus proveedores le facturan al tipo de cambio paralelo. Así, crece la presión inflacionaria en momentos en que el consumo es débil y muy sensible al incremento de los precios.
Hasta ahora el gobierno ha tratado de reducir la brecha deslizando lentamente el tipo de cambio oficial, desde 36 hasta 41 bolívares por dólar y endureciendo las medidas que limitan la liquidez en los bancos.
Queremos que inviertan
La falta de inversión, la corrupción rampante y el despido de personal calificado creó un ciclón destructivo que se agravó por las sanciones de Estados Unidos y socavó las bases de la industria petrolera, la principal fuente de dólares del país.
Las sanciones limitan las inversiones de empresas extranjeras en el área petrolera pero en noviembre de 2022 Estados Unidos permitió a Chevron producir y exportar petróleo desde Venezuela mediante una licencia especial. En mayo de este año emitió licencias similares a empresas como Repsol, ENI y Maurel & Prom.
Gracias a Chevron, principalmente, la producción creció desde un promedio de 684 mil barriles diarios en 2022 a 877 mil barriles diarios en septiembre de este año de acuerdo a las fuentes secundarias de la OPEP, pero sigue siendo menos de un tercio de lo que producía el país cuando el chavismo llegó al poder.
Para alcanzar nuevamente los tres millones de barriles diarios se estima que el sector requiere inversiones por cien mil millones de dólares en ocho años, que en su gran mayoría tendría que ser aportados por empresas extranjeras, algo que por ahora no luce probable.
OPEP
Delcy Rodríguez solicitó a los empresarios reunidos en Fedecámaras que inviertan: “El presidente Nicolás Maduro ha llamado a que empresarios venezolanos puedan incorporarse a la industria energética en petróleo, gas, petroquímica, que no solo sea la inversión internacional. ¿No les gustaría invertir en este sector?”.
Añadió que en los próximos nueve años el mercado de la petroquímica “va a crecer 72%, el que invierta allí es dinero seguro. Señores de la banca inviertan, participen, es una invitación expresa al sector venezolano”.
En su discurso el presidente de Fedecámaras señaló que “urge la generación de un clima idóneo para que capitales, tanto nacionales como foráneos, se animen a invertir sus recursos, bien sea creando nuevas empresas o invirtiendo en las que ya existen”.
Históricamente por la magnitud de los montos que requiere el negocio petrolero y las limitaciones que han existido para la inversión privada, la gran mayoría de los empresarios venezolanos se han mantenido al margen del sector.
Ganar espacios
Atrás queda el tiempo en que el plan estratégico del chavismo consistió en minimizar el rol del sector privado nacional y limitarlo a través de controles de todo tipo; ahora busca fortalecer la alianza que ha venido tejiendo con los empresarios.
El politólogo John Magdaleno, quien participó en la Asamblea de Fedecámaras, recomendó a los empresarios aprovechar la interlocución con el gobierno “para avanzar en la conquista de nuevos espacios y libertades, dado que en ausencia de legitimación de origen el régimen político parece forzado estratégicamente a mejorar sus niveles de eficacia”.
Desde su punto de vista es “profundamente equivocado cuestionar el diálogo entre el sector privado y la administración de Nicolás Maduro: ¿Se está consciente de las consecuencias de que se rompan nuevamente relaciones entre el sector privado y las autoridades? Eso no tiene ningún sentido”, indicó.
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