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¿Los BRICS darán oxígeno a la endeble economía venezolana?

Maduro afirma que el bloque servirá de palanca, pero el país tiene limitaciones relevantes para atraer inversión extranjera. El grupo carece de mayor coherencia, no obstante, comparte el objetivo de menoscabar el dominio del dólar.


Víctor Salmerón


Venezuela buscará ingresar en la próxima cumbre


La reelección de Nicolás Maduro mediante comicios teñidos de ilegitimidad prefigura otro período de expectativas limitadas, sin apoyo de los multilaterales, en la periferia del crédito internacional y con poca inversión extranjera.


Pero el mandatario venezolano recurre a los BRICS para publicitar la idea de una recuperación vigorosa. El grupo formado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica y al que en enero de este año se sumaron Emiratos Árabes Unidos, Irán, Egipto y Etiopía (Arabia Saudita aun no culmina su adhesión) se convirtió en pieza esencial del discurso.


“Venezuela está orientada desde hace muchos años ya, pero hoy más que nunca, hacia los BRICS. Tecnología con los BRICS, mercados con los BRICS, capital fresco para invertir con los BRICS, socios seguros con los BRICS”, dijo un confiado Maduro a los presidentes de los principales bancos del país.


Tras la debacle que la redujo a la cuarta parte, la economía venezolana se estabilizó en el fondo con un crecimiento débil, concentrado en pocos sectores que excluye a la mayoría de la población y se traduce en salarios a ras de piso.


Para salir de este túnel, advierten los economistas, es necesario superar las deficiencias de servicios básicos como la electricidad, atraer inversión extranjera y ganar productividad. Maduro aseguró, sin precisar detalles, que los “inversionistas de los BRICS llegan como lluvia, bienvenidos los BRICS”.


Las condiciones

Cuando empresas extranjeras con capital, tecnología y capacidades adquieren una participación importante en compañías locales o inician operaciones con una visión de largo plazo, aumentan la productividad, el empleo y la riqueza.


El gobierno venezolano tiene como meta concretar su ingreso a los BRICS en la cumbre de la asociación que tendrá lugar en Kazán, Rusia, del 22-al 24 de octubre. De lograr este objetivo o continuar con el acercamiento al grupo ¿el país va a recibir inversiones en montos que moverán la aguja del desarrollo?


Litsay Guerrero, experta en integración económica, explica que “Venezuela no es un país atractivo cuando un inversionista evalúa temas esenciales como el mercado local, facilidades para exportar a países cercanos, seguridad jurídica y los mecanismos para resolver controversias”.


La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad) estima que en 2023 Venezuela recibió inversión extranjera por 688 millones de dólares mientras que República Dominicana, por ejemplo, captó cuatro mil millones.


Unctad cifras a 2023


Uno de los aspectos a tomar en cuenta es que a la inestabilidad política, un mercado local pequeño y el riesgo de que se endurezcan las sanciones de Estados Unidos se añade que la Ley de Inversión Extranjera Productiva, vigente desde 2017, es problemática.


La ley indica que “en casos de fuerza mayor o situaciones económicas extraordinarias” el gobierno puede impedir la repatriación de entre 60-80% de las utilidades de las empresas.


Además las empresas tienen que firmar un contrato de inversión con un organismo creado por el gobierno, sobre el que no hay mayores especificaciones y tienen prohibido otorgar donaciones o aportes a organizaciones no gubernamentales o asociaciones civiles “sin el consentimiento del órgano o ente competente”.


Litsay Guerrero destaca que “puede haber alguna oportunidad desde el punto de vista de comercio, pero teniendo en cuenta que el país no tiene ningún acuerdo comercial con integrantes de los BRICS salvo con Brasil, porque es miembro del Mercosur”.


Alfombra roja

Para la administración de Nicolás Maduro es esencial elevar la producción de petróleo, el producto que provee más de dos tercios de los dólares que ingresan al país. Expertos consideran que la ley que obliga a ser socio minoritario de Pdvsa, la menoscabada empresa del Estado, o la elevada carga fiscal, no ayudan a captar inversión extranjera.


Pero el gobierno cuenta con la Ley Antibloqueo, que le permite desaplicar otras leyes, efectuar transacciones de forma confidencial e incorporar cláusulas de arbitraje internacional en los contratos.


A través de esta Ley y las licencias que ha otorgado Estados Unidos, compañías como Chevron, Repsol y Maurel & Prom han firmado contratos para reanudar operaciones y cobrar lo que les debe Pdvsa.


Gracias a Chevron, principalmente, la producción creció desde un promedio de 684 mil barriles diarios en 2022 a 874 mil barriles diarios en agosto de este año, pero sigue siendo menos de un tercio de lo que producía el país en 1998 cuando el chavismo llegó al poder.


OPEP fuentes secundarias


El Plan País, una hoja de ruta diseñada por expertos en diversas áreas considera que Venezuela necesitaría captar inversiones por cien mil millones de dólares para aumentar la producción hasta tres millones de barriles diarios en ocho años, algo que luce remoto en las condiciones actuales.


“Tenemos que preguntarnos qué tan efectiva es la Ley Antibloqueo respecto a la producción y empresas nuevas en el sector petrolero. Empresas de China, Rusia e India ya tienen campos en la Faja del Orinoco”, dice Litsay Guerrero.


Ajedrez geopolítico

Expertos interpretan la ampliación de los BRICS como una herramienta de China para impulsar un nuevo orden global y crear un contrapeso al G7, el bloque formado por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón, Reino Unido y la Unión Europea.


“El objetivo de Pekín es crear un contrapeso al G7. Reforzar los BRICS es una valiosa herramienta en la búsqueda del liderazgo chino”, dijo al Financial Times Moritz Rudolf, investigador del Centro de Estudios de China de la Universidad de Yale.


La declaración de los BRICS tras la cumbre de Sudáfrica en agosto de 2023 demandó la reforma del Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, la Organización Mundial de Comercio y la ONU por considerar que no se ajustan a las necesidades de los países en desarrollo.


En 2015 los BRICS fundaron el Banco Nacional de Desarrollo (BND) como alternativa a las organizaciones financieras clásicas como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo.


Desde entonces ha desembolsado 32 mil 800 millones de dólares para distintos proyectos en áreas como infraestructura y energía. El Banco puede sumar como miembros a países que no formen parte de los BRICS y tras su creación añadió a Bangladesh, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Uruguay y Argelia.


Pero salvo este paso, que está muy lejos de ser un sustituto del Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional por el volumen de sus préstamos, los BRICS han permanecido en la retórica. Si bien comparten el rechazo a la hegemonía occidental, no los une una visión común sobre un nuevo orden mundial.


El grupo es una mezcla de democracias como India, Brasil y Sudáfrica; autocracias como China, Rusia, Irán, Egipto y Etiopía y monarquías como Emiratos Árabes Unidos.


Además es extremadamente diverso en lo económico y hasta ahora no ha avanzado en la idea de una moneda común o en reglas para crear una zona de libre comercio o la protección a las inversiones.


“¿Cuáles son las reglas de juego que tienen los BRICS para temas relevantes como el intercambio comercial o la protección de inversiones?” dice Litsay Guerrero.


Dólar robusto

Hay un objetivo que une a todos los miembros del BRICS: el deseo de erosionar la supremacía del dólar en el sistema financiero internacional para ser menos vulnerable a las sanciones que puede imponer Estados Unidos o a los cambios en la política monetaria de la Reserva Federal.


Una queja común es que cuando aumentan las tasas de interés en Estados Unidos disminuye el flujo de capital hacia los demás países con consecuencias dolorosas para las economías emergentes.


Durante los últimos dos años el grupo ha impulsado el uso de otras monedas en el comercio mientras que China, como potencia emergente, busca elevar el protagonismo del renminbi.


No obstante el reinado del dólar aun no luce en peligro. Un análisis publicado por el Banco de la Reserva Federal de Nueva York en mayo de este año afirma que al cierre de 2023 los bancos centrales y los ministerios de finanzas del mundo contaban con reservas equivalentes a 12 trillones de dólares, de las cuales, 7 trillones correspondían a dólares estadounidenses.


Si bien ha habido un descenso en los últimos años se debe a la decisión de pocos países, en especial Suiza que ha aumentado su tenencia de euros y Rusia que junto a China, India y Turquía ha disminuido su tenencia de dólares.


Datos de Atlantic Council afirman que el dólar sigue siendo utilizado en 88% de las transacciones en el comercio internacional. La fe en las instituciones que respaldan la moneda de Estados Unidos, junto a la enorme liquidez de su mercado de capitales indica que el dominio del dólar seguirá presente en la economía global.


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